¿Cómo enseñar a un niño o niña el hábito de ORDENAR?
A continuación
expongo unas pautas que nos pueden servir de gran ayuda para que el niño o
niña, en este caso, le llamaremos Carlos (5 años) adquiera, desarrolle y
potencie el hábito del orden en casa.
En primer lugar, para que Carlos
adquiera este hábito, el orden
debe formar parte de su rutina diaria en el hogar, por lo que, hay que
trabajarlo día a día, comenzando lo antes posible.
Para ello, debemos decidir qué es lo que le vamos a exigir y preparar
todo lo que necesitemos. Es importante, que tengamos paciencia, mantengamos
la calma y evitemos pensamientos negativos o conductas como pueden ser: lo
prefiero ordenar yo, está tardando mucho en ordenar, no lo está haciendo bien
etc.
En
todo momento, tenemos que tener en cuenta que Carlos tiene 5 años y debemos saber qué es lo que puede hacer con
respecto a su edad y que cosas o acciones están por encima de sus posibilidades.
Carlos, con 5 años, ya tiene la capacidad de ordenar por ejemplo, su habitación
u otras dependencias como el cuarto de baño y guardar las cosas en el lugar
adecuado, sin ayuda del adulto. Además, ya está preparado para pasar un tiempo
determinado en casa de un amigo o amiga.
Asimismo,
es fundamental que todos los miembros de
la familia del niño trabajen de forma coordinada y de la misma manera, por
ejemplo, no vale que Carlos ordene el cuarto de baño después de ducharse con su
madre y con su abuela u otra persona no lo haga. Además, es necesario que cada
uno de ellos, también sea ordenado en su vida diaria, ya que Carlos puede observarlos
e imitar sus conductas, no debemos olvidar que los adultos que le rodean son un
modelo para él.
Igualmente, es imprescindible que nuestro hogar esté preparado para que
Carlos adquiera este hábito, por ejemplo, si queremos que el niño como he
comentado con anterioridad ordene el cuarto de baño, pues que en éste, haya una
bolsita a su altura, donde sepa y tenga claro que en ella se colocan los
productos (esponja, gel) que ha utilizado, que tenga un lugar para colocar su
toalla, el cesto para la ropa sucia, cesto para los juguetes que utiliza
durante el baño, con la posibilidad de colocar carteles con las palabras
correspondientes (ejemplo, “juguetes” “ropa sucia”) si fuese necesario, ya que
en este caso Carlos, esta iniciándose en la lectoescritura.
Del
mismo modo, es fundamental que nosotros los adultos, le enseñemos que es lo que tiene que hacer y cómo y reforcemos la
importancia de adquirir este hábito, el de ordenar. Tenemos que ser claros,
concretos y concisos, haciéndolo nosotros primero para que nos observe y
siempre con afecto, por ejemplo, a partir
de hoy, vas a dedicar un tiempo a ordenar el cuarto de baño, tú solito después
de que te duches y se qué lo vas hacer estupendamente.
No deben de asociar la rutina de ordenar como un castigo, sino como algo normal dentro de las actividades del día a día, por ello,
debemos motivarle, estimularle y realizarlo de una forma atractiva para él, por
ejemplo, a la hora de guardar los juguetes en el cesto, vamos contando cuantos
tenemos, cantando alguna canción (a
recoger a colocar cada cosita en su lugar)…
Cuando
le estemos enseñando, tenemos que pensar
en voz alta, ir narrando cada una de nuestras acciones para que Carlos,
vaya comprendiéndolas.
Por
ejemplo: primero salimos de la ducha, nos
secamos bien nuestro cuerpo con la toalla, nos vestimos (ropa interior,
pijama…) y colocamos la ropa sucia, la ropa que nos hemos quitado cuando nos
hemos duchado en el cesto. Seguidamente, colocamos la toalla estirada para que
se seque y la alfombrilla en su lugar correspondiente y colocamos el gel y la
esponja en la bolsita y los juguetes en el cesto… así con cada uno de los
pasos a seguir.
Para
estar seguros de que Carlos está entendiéndolo, se le debe pedir que vaya repitiendo cada una de las acciones que
estamos realizando. Debemos tener en cuenta que cada familia realiza estas
acciones de una forma u otra, que no existe una única manera de ordenar por
ejemplo, el cuarto de baño.
Una vez que ya estamos preparados, que le hemos explicado
a Carlos qué y cómo tiene que hacerlo, es el momento de ponerlo en práctica. Para ello,
debemos ofrecerles muchas ocasiones para que ordene, por ejemplo, todos los
días después de ducharse y recordarle, cada uno de los pasos que tiene que
seguir.
En
todo este proceso, es necesario que reforcemos
de forma positiva a Carlos, que elogiemos sus conductas y comportamientos
que realice de forma correcta y cada uno de los avances que vaya teniendo. Debemos
saber y tener claro, que es un proceso que Carlos, irá aprendiendo poco a poco,
de forma progresiva, no debemos meterle prisa al principio para que ordene todo
rápidamente, tenemos que darle su tiempo, porque, las prisas no son buenas. Además, poco a poco, tendremos que ir
disminuyendo nuestra ayuda, para que así el niño, vaya ordenando por ejemplo,
el cuarto de baño solo.
Por
último, es importante que estemos preparados por si Carlos no quiere
ordenar. Debemos valorar la posibilidad de si esta conducta no está a su alcance
o simplemente, es por comodidad y no le apetece hacerlo, en este caso,
deberíamos ignorar las quejas y motivarle a que ordene y lo haga y no, acabar ordenado
nosotros y nosotras.
Nuestra actitud como adultos es muy importante, tenemos
que tener claro que no debemos hacerlo en forma de mandato, “Carlos, tienes que ordenar el cuarto de baño si o si” si no, de forma
en la que el niño lo vea como un privilegio “Carlos, ya eres mayor, puedes hacerlo, tu sólito”. Desde la calma debemos hacerle ver los aspectos
negativos del desorden, y que, debe ser él quien lo haga, quién ordene.
Existen muchas estrategias por si no
conseguimos que Carlos adquiera el hábito del orden, por ejemplo: sufrir las
consecuencias (si no quiere ordenar el
cuarto de baño, tardaremos mucho más en cenar), retirarle algún privilegio (no ver un ratito los dibujos después de
cenar e ir directamente a dormir) o utilizar la sobrecorrección (practicar y practicar el hábito de
ordenar).
¡ESPERO QUE OS AYUDE ESTA INFORMACIÓN!
Además, esta información se puede aplicar para cualquier hábito que quieras trabajar.
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