A
continuación os expongo un ejemplo de cómo trabajar una leyenda en Educación
Infantil
Para ello, he elegido una leyenda muy característica y
famosa de Béjar (Salamanca).
Os recomiendo que investiguéis sobre la historia de esta localidad.
Esta leyenda va dedicada a niños y niñas de 5 años, pero, se puede adaptar (modificando
las palabras) para cualquier edad.
LEYENDA (ADAPTADA)
Hace muchos años en un pueblo llamado Béjar, se produjo una batalla.
Béjar era un lugar muy tranquilo, las personas que vivían
allí se dedicaban a la agricultura y a la ganadería, eran muy buenas personas. Estaba
rodeado de montañas, la mayoría de las veces se encontraban nevadas y también
de grandes bosques.
Antiguamente, hace muchos años, en toda España se
produjeron unas series de guerras entre cristianos y musulmanes, estas batallas
se llevaban a cabo porque los musulmanes querían conquistar toda España y
quedarse con ella.
Estos hombres de raza musulmana, llegaron cerca de Béjar,
al darse cuenta de que era un pueblo situado en lo alto y que estaba rodeado
por el río, para seguir avanzando su camino, tenían que cruzar por dentro de
él, por sus calles. Béjar, tenía
unas grandes murallas que la rodeaban y también varias puertas por las que se
entraba a la misma. Estas puertas eran las zonas más débiles de la muralla y se
encontraban llenas de soldados cristianos.
Antes de que los soldados musulmanes llegasen a Béjar, los cristianos ya habían
recibido noticias sobre ellos. Les habían dicho que eran muy fuertes, duros y
grandes luchadores, eran muchos y nadie había conseguido derrotarlos. Al
recibir la noticia de que se dirigían hacia allí, todos los habitantes de los pueblos
cercanos, se escondieron dentro de la
muralla.
La llegada del ejército musulmán fue impresionante y
sorprendente, venían con sus caballos, sus armas, sus escaleras para asaltar
las murallas y muchos más materiales. Ocuparon todos los alrededores de Béjar, rodeándola sin dejar nada libre.
No debemos olvidar, que los soldados musulmanes eran muchos más que los
habitantes y soldados cristianos.
Los cristianos prepararon sus armas para defenderse,
lanzas, flechas, aceite hirviendo, piedras… pero nada conseguía que se fueran.
El jefe de los cristianos viendo la situación, mandó que ayudaran y lucharan a
todos los hombres y mujeres que fueran fuertes y no tuvieran ninguna
enfermedad, no importaba la edad.
A la vista de la situación y tratando de evitar la lucha,
el ejército musulmán propuso algo; Si los habitantes de Béjar se rendían, no
destruirían el pueblo y no les harían daño. Pero si atacaban, acabarían destruyendo
el pueblo y les harían daño a todos y todas. Los cristianos rechazaron la
propuesta, por lo tanto, los musulmanes se enfadaron mucho. Éstos para dar
miedo comenzaron a cantar canciones de guerra y a tocar los tambores muy
fuertes. El ruido producido era horroroso y molesto, a algunas personas se les
pusieron los pelos de punta, otras lloraban y el resto rezaba para que todo se
acabara.
Esa misma tarde, el ejército musulmán, inició el ataque,
conquistaron Béjar, pero, un grupo de cristianos consiguieron
escapar hacia las montañas el resto quedó atrapado y fueron retenidos.
El grupo de cristianos que consiguieron escapar y huir, se escondieron y se refugiaron en el Castañar,
una zona llena de árboles, rocas y situada en las montañas. Sobrevivían cazando
y comiendo lo que encontraban por el bosque y se bañaban en el rio. Tras varios
días, uno de ellos se dio cuenta que en las rocas crecía musgo, ¿sabéis lo que es?
una especie de hierba que crece en las zonas húmedas y donde no da el sol.
Al ver que crecía mucho, pensó en crear unos disfraces,
para que se pudieran camuflar por el bosque y así poder recuperar su pueblo.
Tardaron muchos días en conseguir todo el musgo necesario
para que le taparan todo el cuerpo e incluso la cabeza. Cuando ya consiguieron
todo se disfrazaron y decidieron también pintarse la cara, para estar
totalmente camuflados, fueron hacia el río y con un poco de barro se pintaron.
Lentamente, fueron dirigiéndose hacia el pueblo de Béjar, donde se encontraban los musulmanes, atravesaron todo el
bosque e incluso cruzaron el río.
Al llegar, siguieron
escondidos, nadie los veía ni los reconocía, estaban camuflados y no parecían
personas, sino bosque. Los cristianos, en silencio, esperaron el momento
oportuno para atacar.
Cuando llegó ese momento, los cristianos salieron de su escondite, gritaban
y se movían como si no fueran personas, los musulmanes al verlos se quedaron
asustados y sorprendidos, muchos de ellos huyeron gritando y muertos de miedo
creyendo que eran unos monstruos, otros, lucharon pero no consiguieron vencer a
estos hombres disfrazados con musgo y tuvieron que rendirse, escapando, no se
sabe hacia dónde. De esta forma, los
cristianos volvieron a conquistar su pueblo, Béjar.
Los habitantes del pueblo, al ver que sus amigos vinieron a rescatarlos y
ayudarlos, se pusieron muy contentos, algunos hasta lloraban de felicidad.
Entre todos y todas, limpiaron y arreglaron todo lo que los soldados
musulmanes habían roto y ensuciado. Béjar,
quedó como siempre, como un hermoso pueblo, lleno de personas maravillosas y
felices.
Esa misma noche, todos los vecinos de Béjar y de los pueblos de alrededor,
decidieron realizar una fiesta para recordar este gran día y para que no se
olvidara nunca lo valientes que fueron este grupo de cristianos, al disfrazarse
como “hombres de musgos”. Se pasaron la noche bailando, cantando, jugando,
comiendo, bebiendo… Esta fiesta se realiza todos los años y en ella, se puede
ver desfilar a 4 hombres disfrazados de musgo, recorriendo las calles de Béjar
en esta fiesta.
NO SE DEBE OLVIDAR ENSEÑAR A LOS NIÑOS Y NIÑAS QUE ESTO ES UNA HISTORIA DE HACE MUCHOS MUCHOS AÑOS, QUE AHORA NO IMPORTA QUE SEAS DE UNA RAZA U OTRA, HOMBRE O MUJER, TODOS SOMOS IGUALES.
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