¿Qué hacer si mientras estas en clase realizando una manualidad, uno de tus alumnos o alumnas pierde el conocimiento y tras realizar una evaluación detallada descubres que parece haberse intoxicado con algo?
Antes de comenzar
a explicar cómo actuaría ante este caso, quiero definir el significado de
tóxico y algunos aspectos importantes sobre este tema.
Llamamos
tóxico a cualquier sustancia, natural o artificial, que tenga la
capacidad de producir un efecto dañino sobre los seres vivos al entrar en
contacto con ellos.
El tóxico
puede ser ingerido, siendo esta la vía más habitual, y absorberse a través del
tubo digestivo.
¿Cómo actuar?
Si nos
encontramos en la situación que se nos plantea, en primer lugar, debemos
mantener la calma, alejar al resto de los niños y niñas de la escena para
mantener la seguridad del niño intoxicado y evaluar a la víctima, en este caso llamado
Pablo. Debemos intentar averiguar cuanta cantidad a ingerido y que síntomas
presenta.
En
ningún momento, debemos provocarle el vómito y menos aún si se encuentra
inconsciente como Pablo. Tampoco debemos darle nada de comer ni beber salvo que
se lo indiquen desde el Instituto Nacional de Toxicología (91 562 04 20).
Esta evaluación nos permitirá saber si existe
riesgo vital (lesiones que pueden poner en peligro la vida de Pablo) riesgo
funcional (lesiones que no alteran las funciones vitales pero pueden producir
secuelas) o que no existe riesgo (las lesiones evolucionarán espontáneamente
hasta su resolución).
Este
tipo de evaluación se divide en dos fases, las cuales iré explicando a
continuación:
1. Evaluación
de emergencia:
Con
ella, el objetivo es saber si Pablo, está en riesgo inminente y conocer la
gravedad en la que se encuentra, que en este caso, el niño ha llegado a perder
el conocimiento.
En
esta situación de emergencia, la vida de Pablo dependerá de si respira de forma
eficaz, de si le late el corazón y de si tiene hemorragia, es decir cuáles son
sus constantes vitales. En este caso, el niño, no sangra a pesar de haberse
caído, si fuese el caso de que si tendríamos que parar la hemorragia.
Para averiguar el pulso de Pablo, podemos
hacerlo de diferentes formas, pero en esta situación lo más aconsejable es
tocando la muñeca (radial) o en el cuello (carotideo), esto nos ayudaría a
conocer si tiene pulso o no.
Si en
este momento no obtenemos respuesta, debemos pedir ayuda y abrirle la vía
aérea. Además, debemos revisar la boca del niño y, mirar, para quitarle los
restos de comprimidos o sustancias y evitar que siga teniendo contacto con el
producto tóxico. Para ello, podemos realizar una maniobra de barrido con el
dedo meñique.
Asimismo,
debemos llamar rápidamente al 112 o al 061, ya seamos nosotros mismos u otra de
nuestras compañeras o compañeros. Si no respira bien, tendremos que realizar RCP
(respiración cardiopulmonar) y si respira, debemos colocar a Pablo en posición
de seguridad (lateral). En caso de reanimación, es importante y recomendable
utilizar guantes y mascarillas, para evitar estar en contacto nosotras o
nosotros con el producto tóxico. Además,
el tiempo es muy importante y más si no está respirando.
Por
otro lado, si a pesar de que ha perdido el conocimiento, nos encontramos en la
situación de que zarandeamos suavemente a Pablo y obtenemos finalmente
respuesta, respira y como ya he comentado no sangra, se pasaría a realizar la
evaluación de urgencia (habiendo llamado en todo momento a la asistencia médica
profesional, esperando su llegada).
2. Evaluación
de urgencia
Con este
tipo de evaluación, podemos evitar que el niño sufra más complicaciones y
agravar su estado.
En
primer lugar, nunca nos alejaremos del pequeño ni le dejaremos solo,
le mostraremos seguridad y confianza y sobre todo, le tranquilizaremos.
En segundo lugar, pasaremos a
explorar su cabeza, su tronco y sus extremidades, ya que a pesar de que se ha
intoxicado, Pablo ha perdido el conocimiento por un momento y se ha podido caer
de la silla o se ha podido dar un golpe con la mesa y tener lesiones, por ello,
hay que explorar todo.
Observaremos
su color de piel y de labios, si tiene alguna erupción, su nivel de conciencia
(ya que a pesar de estar consciente se puede encontrar mareado por la
sustancia), olor del aliento y la boca, como he comentado anteriormente para
eliminar restos del producto tóxico. Además, exploraremos por si tiene algún
golpe por la caída u hemorragia.
También,
tomaremos su frecuencia y ritmo cardiaco (de la forma que he comentado con
anterioridad) y la respiración. Por último, exploraremos sus extremidades para
descartar cualquier lesión producida por el desmayo.
Asimismo,
dependiendo de la edad del niño, le podremos realizar algunas preguntas, como
por ejemplo si tiene alergias o enfermedad, si está tomando algún tipo de
medicamento en casa, si se ha introducido algo en la boca durante la manualidad
o ha bebido algo, sin mostrar en ningún momento una actitud negativa hacía él.
Como acabo de comentar, esta información depende en todo momento de la edad de los
niños y niñas, con respecto a las alergias o enfermedades lo conoceríamos
nosotros y nosotras, ya que al principio de curso las familias no lo
indicarían.
Igualmente, nunca nos podemos olvidar en estos casos de la
familia o tutores del niño, a los cuales hay que llamar y mantener informados
en todo momento.
Por último quiero destacar que afortunadamente en los niños y las niñas, en muchas ocasiones el producto ingerido no es tóxico. Por ejemplo, muchos tipos de pinturas y rotuladores de uso infantil, plastilinas, tizas, jabones usados para higiene personal, maquillaje carecen de toxicidad
Por último quiero destacar que afortunadamente en los niños y las niñas, en muchas ocasiones el producto ingerido no es tóxico. Por ejemplo, muchos tipos de pinturas y rotuladores de uso infantil, plastilinas, tizas, jabones usados para higiene personal, maquillaje carecen de toxicidad
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